REMESAS Y CRECIMIENTO ECONÓMICO: UN ANÁLISIS DE IMPACTOS Y DESAFÍOS

Las remesas, entendidas como las transferencias de dinero realizadas por migrantes a sus países de origen, han adquirido una importancia creciente en las economías a nivel global. A lo largo de las últimas décadas, estas transferencias han dejado de ser simplemente una fuente adicional de ingresos para las familias receptoras y se han transformado en un componente clave de la economía que tiene tanto efectos positivos como desafíos en el crecimiento económico de los países receptores. Durante el periodo 2000-2019, las remesas desempeñaron un papel crucial en la dinámica económica de América Latina, considerando que la región se caracteriza por una elevada dependencia de estas transferencias de dinero, que representaron una parte considerable de los ingresos en varios países latinoamericanos. Es así como este fenómeno no solo tuvo un impacto directo en el bienestar económico regional, sino que también desempeñó un papel fundamental en la reducción de la pobreza. Las remesas se utilizaron de manera significativa en sectores específicos como la construcción, la agricultura y el comercio, generando un impulso palpable en estos ámbitos económicos. Además, las implicaciones sociales y familiares de las remesas fueron notables, financiando la educación, la salud y otros gastos familiares esenciales. No obstante, la región también enfrentó desafíos, siendo vulnerable a factores externos como las condiciones económicas en los países emisores, políticas migratorias y eventos globales, lo que refleja la necesidad de estrategias y políticas específicas. En ese sentido, las remesas juegan un papel ambivalente en las economías receptoras en términos de crecimiento.