DE LA INFLUENCIA BANCARIA A LA CRISIS INTERNACIONAL

La Belle Époque, construida alrededor de la prosperidad, la ciencia y el optimismo, se expande por Iberoamérica a través del creciente comercio internacional, la segunda ola de industrialización y, en el área política, la influencia del liberalismo clásico en todas sus expresiones, desde el conservadurismo hasta el secularismo. Los vínculos económicos se fortalecen a nivel internacional, aunque, internamente, la región enfrenta múltiples conflictos políticos y sociales.

A pesar del optimismo de La Época Bella, vista en el creciente intercambio comercial y cultural, América Latina intenta construirse en medio del conflicto político-armado, de la pugna de intereses económicos y del endeble estado de derecho. Las últimas décadas del siglo XIX se ven embadurnadas con sangre vertida de las guerras civiles entre conservadores y liberales (Colombia, Ecuador), caudillos militares (Antonio Guzmán Blanco en Venezuela), conquistas territoriales (Campaña del Desierto, Argentina), guerras entre naciones (Chile, Bolivia, Perú), etc.

Las primeras décadas del siglo XX siguen el mismo patrón, a decir: un repunte de las inversiones y el comercio externo. Estos años muestran un auge en las inversiones en sectores como la agricultura, extracción de petróleo, minerales industriales, servicios públicos, ferrocarriles y comercio. Por otro lado, los conflictos crecen aceleradamente, la región se ve ensimismada con la Revolución mexicana (1910-1920), Primera y Segunda Guerra Civil de Honduras (1919, 1924), Guerra de Coto (1921), Guerra Civil paraguaya (1922-1923), Guerra colombo-peruana (1932-1933), Guerra del Chaco (1932-1935), etc.